El gran dictador es la primera película hablada de Charles Chaplin, y
el film con qué este actor y director se adentra en los terrenos realistas y
dramáticos que caracterizarán buena parte de su obra posterior. Siguiendo la
línea iniciada con su anterior película, Tiempos modernos (1935), una
crítica al maquinismo y a la mecanización de la sociedad, Chaplin se enfrenta
en esta ocasión a un de los temas más dramáticos y preocupantes de la época, el
auge de los regímenes totalitarios y la expansión del fascismo a Europa. Y lo
hace desde una postura carente del más mínimo rastro de ambigüedad, con
convicción y contundencia, una actitud que le provocaría muchos problemas,
puesto que los Estados Unidos mantenían en aquel momento una posición neutral
respeto al conflicto (de hecho, más adelante, cuando estalló la "Caza de
Brujas" en Estados Unidos, Chaplin se vió obligado a huir del país,
afincándose en Suiza donde murió).
Pese a las coincidencias que se establecen entre la
película y el desarrollo de los acontecimientos históricos que tuvieron lugar
de manera casi paralela (la invasión de Ostelrich por parte del ejército de
Tomania y la invasión alemana de Polonia, por ejemplo), el origen de film se
remonta al año 1938. Chaplin, que estudió el dictador alemán Adolf Hitler
durante cerca de dos años, definió el proyecto como un cóctel de drama, comedia
y tragedia que retrataba la silueta grotesca y siniestra de un hombre que se
cree un superhéroe y que piensa que sólo tienen valor su opinión y su palabra.
El cineasta, de hecho, utiliza la figura de Hitler para realizar una brillante
parodia de todas y cada una de las ideas políticas, culturales, sociales y económicas
del nazismo, des la superioridad de la raza germánica hasta la sumisión
incondicional del individuo a la comunidad, pasando por el antimarxismo y el
antisemitismo.
Hynkel, el dictador de Tomania, es presentado como un
hombre egoïsta, infantil, inseguro, incapaz de tomar decisiones de ninguna
clase y todavía menos de gobernar un país: la bola del mundo con la que juega
en una de las escenas más memorables del film, que acaba explotando, física y
simbólicamente, en sus manos. Pero Hitler no es el único personaje de carne y
hueso que inspiró a Chaplin: el dictador de Bacteria, Benzino Napoloni, está
inspirado en el dictador fascista italiano Benito Mussolini. Garbitsch (del
inglés garbage: basura), secretario del interior y ministro de
propaganda de Hynkel, está inspirado en Joseph Paul Goebbels (1897 - 1945),
ministro de educación popular y propaganda del gobierno nazi, y el Mariscal
Herring evoca al Mariscal Hermann Wilhelm Göring (1893 - 1946), responsable de
las fuerzas aéreas y uno de los máximos dirigentes de la Gestapo, los servicios
secretos alemanes. La cruz gamada de los nazis, al mismo tiempo, aparece
transformada en una doble cruz aprovechando un juego de palabras anglosajón que
implica la idea de estafar.
Chaplin fue el director, productor y guionista de la
película, estrenada en 1940. Chaplin adopta desde el principio una estructura
dual, mostrando de mananera paralela las actividades del dictador Hynkel y sus
colaboradores en la sede del gobierno de Tomania y las peripecias del barbero
judío en su regreso a casa tras pasar muchos años en un hospital militar. Esta
dualidad sirve al actor y director para parodiar el gobierno fascista y
totalitario y, a la vez, para mostrar las pobres y miserables condiciones del
gueto judío, atacado regularmente por las fuerzas de asalto del régimen. Pero a
diferencia de Hynkel, que basa toda su fuerza en la palabra, el personaje del
barbero judío, mucho menos trabajado que el del dictador, juega también un
papel clave en el contexto de la filmografia de Chaplin, puesto que representa
una clara evolución del personaje que hasta entonces había protagonizado la
práctica totalidad de su obra, Charlot, el vagabundo ingenuo y solitario. El
personaje del barbero, igualmente solitario y inocente, prácticamente no habla
a lo largo de la película y, cuando habla, sus palabras no tienen el menor
asomo de relevancia con respecto al desarrollo de la acción. En el momento
decisivo de la historia, el discurso final, el personaje se transforma en el
verdadero Charles Chaplin (El gran dictador, como ya hemos apuntado, es
su primera película hablada), que lanza un canto a la esperanza tan optimista
como desesperado. Charlot, alter ego de Chaplin en sus películas
anteriores, ha muerto.
Dejamos
aquí el discurso final de la película, uno de los mejores alegatos jamás
escritos contra la intolerancia y la violencia:
"Realmente lo
siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mí. No pretendo
regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustaría ayudar en lo posible a
cristianos y judíos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de
ayudarnos mutuamente. La ente civilizada es así. Queremos vivir de
nuestra dicha mutua... no de nuestra mutua desdicha. No queremos
despreciarnos y odiarnos mutuamente.
En este mundo
hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la
subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnífico,
pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de
los hombres, ha rodeado el mundo con un círculo de odio y nos ha hecho
entrar marcando el paso de la oca en la miseria y en la sangre. Hemos
mejorado la velocidad pero somos esclavos de ella. La mecanización que
trae consigo la abundancia nos ha alejado del deseo. Nuestra ciencia nos
ha vuelto cínicos. Nuestra inteligencia, duros y brutales. Pensamos en
exceso y no sentimos bastante. Tenemos más necesidad de espíritu
humanitario que de mecanización. Necesitamos más la amabilidad y la
cortesía que la inteligencia. Sin estas cualidades la vida solo puede
ser violenta y todo estará perdido. La aviación y la radio nos han
acercado los unos a los otros. La naturaleza misma de estos inventos
requería la bondad del hombre y reclamaba una fraternidad universal para
la unión de todos .
En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis; la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡ Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer!. Soldados, no os entreguéis a esos brutos...hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón!.No os pongáis en manos d esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres!¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales....Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad.
En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: "El reino de Dios está en el hombre mismo". No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad. Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida...para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder... ¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que dé a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad. Prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado...un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!"
En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis; la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡ Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer!. Soldados, no os entreguéis a esos brutos...hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón!.No os pongáis en manos d esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres!¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales....Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad.
En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: "El reino de Dios está en el hombre mismo". No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad. Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida...para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder... ¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que dé a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad. Prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado...un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!"
-- La
idea de hacer la película no parte del mismo Chaplin. Fue el productor y
director Alexander Korda, quién insiste a Chaplin para que la haga, debido al
enorme parecido de éste con el dictador nazi.
· -- Es
la primera película de Chaplin integramente sonora (13 años después del triunfo
del sonido en las salas). Aunque en “Tiempos modernos” varios personajes hablan
y hay un fondo musical, será “El gran dictador” el primer film en que el
público oiga la voz del cineasta (su primera frase es “ What´s that?, ¿Qué es
esto?”).
· -- Ambos (Charles Chaplin y Adolf Hitler) nacieron
en 1889, y con sólo cuatro días de diferencia.
· -- Chaplin no era judio (su padre si), sino protestante. Judía era la protagonista,
pareja suya entonces, Paulette Goddard.
· -- Chaplin decidió cambiar el final de la película durante el rodaje. Eliminó una
escena en la que cientos de soldados nazis tiraban sus armas y participaban en
un baile tradicional. En su lugar, introdujo el
discurso que da fin a esta particular
historia. Se decidió a hacerlo tras la ocupación nazi de
París.
· -- El film, a pesar de las presiones a las que se vio sometido tras su
estreno, permaneció en cartel durante quince semanas.
· -- El
gran dictador se prohibió, entre otros, en los siguientes países:
Alemania (hasta 1998).
España (hasta 1975).
Italia (hasta 2002).
Italia (hasta 2002).
Toda la Europa ocupada (hasta el final de la II Guerra Mundial).
· -- El
idioma que aparece en los afiches y demás carteles publicitarios es el
esperanto, salvo el término judío (jew).
· -- Se
sabe que Hitler (gran aficionado al cine) vio dos veces la película, ya que se
hizo traer una copia desde Portugal.
· -- La
cruz gamada, símbolo de los nazis, se traduce al inglés como
double cross, que es sinónimo de traición.
Así pues, el partido de la cruz
gamada es el partido de los traidores, ya que el
símbolo es la doble cruz.
· -- El significado en inglés
de Adenoid (nombre de
pila del dictador Hynkel), es
“vegetaciones”. Chaplin da a entender que el solo nombre del verdadero dictador
se le atragantaba. Y qué decir del origen
del nombre Garbitsch, que procede del
inglés garbage, o lo que es lo mismo, basura en español.
· -- Según cuentan sus biógrafos, cuando Chaplin se enfundaba el uniforme del
dictador Hinkel, actuaba con más agresividad de lo normal con los miembros del
equipo de rodaje. Una actitud que se suavizaba notoriamente cuando interpretaba
al barbero judío.
· -- La
película acaba con una pieza de Richard Wagner, Lohengrin. Chaplin
invierte, con astucia, el sentido que el nazismo dio a la música de este
compositor. También destacar la danza húngara nº 5 de Brahms.
· -- El gran
dictador costó dos millones de dólares y se usaron 150.000 metros de negativo.
· -- Por
su doble interpretación en "El Gran Dictador", Charles Chaplin obtuvo
su pirmera y única nominación para el Oscar al mejor actor. No lo ganó, pero es
que aquel año (1940) la competencia no podía ser más intensa. Además de Chaplin
los otros nominados eran: Henry Fonda por "Las uvas de la ira",
Laurence Olivier, por "Rebeca", Raymond Massey por "Abraham
Lincoln" y James Stewart, que fue el ganador, por su inolvidable actuación
en "Historias de Filadelfia". Además, "El Gran Dictador"
también consiguió otras nominaciones: Jack Oakie, mejor actor secundario por su
papel de Napaloni, Meredith Wilson, autor de la banda sonora, y el propio
Chaplin por su guión original. Ninguno de ellos ganó el Oscar.
·
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